Nos trajeron desde Merlo, San Luis, un dulce de leche de cabra elaborado por Cabaña San Marcos. Este tipo de regalo es siempre recibido con un plus de alegría, no solemos privarnos de la experiencia de probar una de estas -aún- exquisiteces exóticas. Lamentablemente, al tratarse de una leche cuyo consumo no está instalado en el hábito común, la aparición de dulces de leche de cabra se da más frecuentemente en establecimientos de productos regionales de tinte más o menos turístico.
En comparación con otros que ya hemos probado, este nos resultó de un sabor más suave -los dulces de leche de cabra suelen tener un aroma un tanto salvaje-. Con respecto a la textura y consistencia, tranquilamente podría pasar por uno de leche de vaca de los que encontramos en cualquier góndola de supermercado como el Ilolay, o el Sancor -esto último también lo diferencia del resto de los dulces del mismo tipo, que suelen ser más oscuros, fluidos y acaramelados-.
El que nos llegó vino en envase de vidrio, desconocemos si viene en otros envases, y está hecho en Cruz del Eje, provincia de Córdoba. Ya consultamos a los fabricantes y en breve pondremos en el mapa todos los lugares de venta, pero googleando se encuentran algunos.
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