Inchausti

dulce de leche inchausti

Dulce de leche Inchausti

Dos veces nos enviaron de regalo el Dulce de leche elaborado por la Escuela Inchausti, de la Universidad Nacional de La Plata. El primer frasco (de 800 gramos) duró pocos días en la heladera. Queríamos elaborar una opinión a conciencias, por lo que empezamos a averiguar y nos enteramos que adquirirlo no era tan sencillo. Se conseguía a través del gremio de los empleados no docentes de la UNLP, y en comercios de la zona donde está ubicada la escuela (Partido de 25 de Mayo).

En fin, lo importante: Es una droga. Imposible dejar de comerlo. Al primer frasco nunca lo untamos sobre ningún soporte Conseguimos un segundo frasco que no corrió con mejor suerte. Durante un asado de fin de año se agotó acompañando un budín de pan. Mirándolo a la distancia, no le hicimos justicia. Merecía ser cuchareado todo, directo del frasco al paladar, sin intermediarios. Pero somos personas generosas.

Probamos Inchausti

Inchausti engaña. Porta un aspecto bastante corriente. De color y brillo mansos y textura fluida, pero con consistencia, completa perfectamente la redondez de la cuchara. Pero atención: Sorprende por el sabor del dulce de leche casero, el que sirven en los paradores de ruta, sobre esas porciones de flan casero hechos en latas de dulce de membrillo. Parece que los de 25 de Mayo tienen la receta que hace el equilibro entre lo mejor de lo comprado y lo hecho en casa.

Si tienen algún conocido que cumple con los requisitos para adquirirlo, no se pierdan este manjar.

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